...Mientras haya unos ojos que reflejen los ojos que los miran; mientras responda el labio suspirando al labio que suspira; mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas; mientras exista una mujer hermosa, ¡habrá poesía! Gustavo Adolfo Bécquer
Tras una noche plena de pasiones,
donde tu tibio cuerpo se fundía
en el ardiente sol del alma mía;
el alba, presta, cierra sus telones.
Si al despertar me marcho, no te asombres;
en el vaho que deja la mañana
en el frío cristal de la ventana
dibujé un corazón con nuestros nombres.
Será que nunca estuve al otro lado,
más que en tus dulces sueños, niña hermosa,
o fueron en los míos, sin gran cosa;
pues ni en ellos te tuve a mi costado.
O que está prohibido enamorarse
de quien no acierta a ver en la almohada,
la rosa que la espera perfumada
en mi corazón, antes de secarse.
Será que debo ser un pobre necio
por intentar comprar todos tus sueños
con poco más que amor y mis empeños,
sin pensar que soñar no tiene precio.
Como los pájaros libres, que briosos surcan el viento, volaremos de la mano entre las nubes del cielo. Navegaremos subidos en un barquito velero, por un mar de fantasía desde tu puerto a mi puerto. De un gran castillo de naipes tú y yo seremos los dueños, donde ondee una bandera con nuestro escudo en el centro. Al filo de un precipicio escucharemos el eco de dos voces que se gritan al unísono: "Te quiero". Y bailaremos descalzos a los pies de los almendros bajo la luz de la luna un romántico bolero; para acabar, finalmente, entrelazando los cuerpos sobre pétalos de rosa y las sábanas del lecho, donde tu piel y la mía serán pasto del deseo... Antes de que tú despiertes convirtiéndome en silencio y todo cuanto vivimos se pierda de tu recuerdo, súbete, niña bonita, al carrusel de mis sueños... Soñar no cuesta dinero.
Quisiera ser marinero
y navegar en tus ojos,
después de echar sus cerrojos,
con mi barquito velero.
Surcar tu sueño postrero
y zozobrar en su sino.
No quiero mar cristalino
en el que anclar mi navío,
más que en el tuyo, amor mío,
forjando un solo destino.
Osé regalarte la luna evocada
por regios poetas, volando hasta ella...
y quise ofrecerte la luz de una estrella
brillante y hermosa, del cielo robada...
Fallé en el intento, mi rosa soñada;
tan sólo te traigo el simple latido
de un vil corazón, a fuego esculpido,
latente en mi mano de sangre manchada.
Observando tu cuerpo
con el tierno mirar enamorado,
que desprenden mis ojos,
descubrí en tus sonrojos
un sencillo terceto encadenado.
La belleza sin par de tu sonrisa
solivianta el ardor de mi deseos
como un regio soneto declamado
con tu voz rumorosa.
Con la tímida brisa,
que moldea tu pelo,
se componen los versos de un romance
que relata el anhelo
de una cándida rosa
y un iluso poeta.
Al compás de una copla manriqueña
se detienen las horas; mi mirada
en tus cálidos senos,
desnudando mis ansias lujuriosas.
La pasión de una décima espinela
adereza con tino tu cintura,
paraíso desnudo de mis manos,
placentero vergel de mi locura.
Redondillas y liras
enarbolan, a golpe de caderas,
el sensual caminar que me enloquece.
Tu silueta merece
los sencillos arpegios de esta silva,
que pretende elogiar su lozanía;
pues tu lírico cuerpo, bella musa,
por sí solo, es... poesía.
Muchas gracias, amiga, por acordarte de mí. Abrazos.
"La mano que regala una rosa, también queda perfumada." Anónimo
"La rosa por ser bella tiene sus espinas; tú por ser como ella, enojas y lastimas." Anónimo
"La vida es como una rosa; el que tenga espinas, no quita su belleza." Anónimo
"Mi amistad por ti terminará cuando un pintor sordo logre dibujar el sonido de un pétalo de rosa que cae sobre un pavimento de cristal." Anónimo
"Una rosa es un te quiero; pero si es roja es un te amo." Anónimo
"Si eres tú misma el rosal y las rosas, la noche de mi verso y sus estrellas, ¿a quién dedicaré este breve cielo, este arbusto, esta fuente, este desvelo?". Gerardo Diego
"Vuélvete rosa desnuda al carmen rosa del cielo. La forma de mi desvelo frente a tu sonrisa duda." Sara de Ibáñez
"Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando". Rabindranath Tagore