...Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
Gustavo Adolfo Bécquer
EL LATIDO DEL AMOR
Ese compás intenso y cadencioso
en mis entrañas suena delicado,
como lo es un abrazo enamorado.
Lo oyes… es el latido del amor.
Esa música dulce y placentera,
en el silencio vibra atronadora,
como lo es una lágrima que implora.
La oyes… es el latido del amor.
Datrebil
A ELLA
Rubor de la mañana en su mirada,
Ojos pardos bañados de pureza;
Sonrisa petalada de belleza,
Alma clara en su pecho atesorada.
Blancos son los anhelos por su rosa,
Los sueños de este loco jardinero;
Acaricia sus pétalos con prosa,
Nómbrala con un verso lastimero.
Capricho del amor y la locura,
Antojo de un destino sin cordura.
Datrebil
ATARDECE MI AMANECER
Es el amanecer en tu mirada
el hermoso reflejo de mi vida;
despertar de esperanza adormecida,
palpitar de ilusión desenfrenada.
Es el atardecer en tu mirada
la penosa tristeza de mi vida;
aturdir de quimera prohibida,
sollozar de utopía condenada.
Es llama que se enciende vorazmente
en este corazón enamorado,
recubierto de pétalos de rosa.
Es fuego que se apaga vanamente
en este corazón desesperado,
malherido de amor por una rosa.
Datrebil
ESTA NOCHE
En el fragor de la noche
sienten el calor mis manos
acariciando tu cuerpo,
embelesado en mis brazos.
Pruebo ardoroso tus labios
robando el beso anhelado;
dulce sabor perdurable,
no borra el tiempo a su paso.
Al rozar tu piel desnuda
mis dedos sienten el tacto
cual fuera una frágil rosa,
la que hayan acariciado.
Impetuoso es el latido,
de mi corazón profano;
de pasión palpita brioso,
está loco, enamorado.
Y qué verdadera pena
es que sólo un sueño vano
narrado en verso haya sido...
esta noche no ha pasado.
Datrebil
EL OLOR DE LA ROSA
Es el olor de la rosa
una caricia inspirada,
licor de esencia endulzada
de la flor más primorosa.
Su fragancia deliciosa
embriaga mi alma cansada;
es el olor de la rosa
una caricia inspirada.
En tu piel, mujer hermosa,
es lisonja delicada,
palabra de amor callada...
Brisa suave y deliciosa...
es el olor de la rosa.
Datrebil
NO IMPORTA EL COLOR
Se viste en el rubor de la mañana
de su claro color la blanca rosa,
mas en mi corazón se torna grana
con su sangre fluyendo vigorosa.
Y no deja la flor de ser hermosa,
aún por ataviarse con colores
de una tonalidad tan primorosa;
pues de ellos se engalanan bellas flores
que alegres regalamos a los grandes amores.
Datrebil
Y VOLAR…
Volar como los pájaros quisiera
agarrado a tus manos... y surcar…
Surcar las nubes, juntos con el viento,
igual que las cometas... y bailar…
Bailar la alegre danza de los velos
que matizan tu talle... y dibujar…
Dibujar de colores tu silueta
con mis cálidas manos... y soñar…
Soñar con el sabor de un sólo beso
en tus labios guardado... y desnudar…
Desnudar el candor de tus entrañas
con un plácido abrazo... y zozobrar…
Zozobrar en tus jóvenes encantos,
extasiado en tu cuerpo... y divagar…
Divagar por el mundo del olvido
dejando atrás las penas… y volar...
Datrebil
HAIKÚS A UNA ROSA EN PRIMAVERA
La rosa blanca
sus pétalos asoma
en primavera.
Es primavera,
el dulzor de la rosa
prende mis manos.
La rosa blanca
mi alma clara acaricia
en primavera.
Datrebil
¿DÓNDE ESTÁN?
¿Dónde están esas cómplices miradas?
Aquellas tan hermosas que decían…
y mis atentos ojos comprendían
sin oírse palabras pronunciadas.
¿Dónde están las sonrisas enlazadas?
Esas que nuestras almas compartían
mientras nuestros destinos se escribían
en un libro de páginas doradas.
Están en ese mundo dividido
donde una soledad muy dolorosa
me embarga entre el recuerdo y el olvido.
Están en la ternura de la rosa,
en mi fiel corazón desfallecido...
están en mi poesía, en mi prosa.
Datrebil
LIBÉRAME
Libérame...
Tú, que tienes mi corazón en tus manos
y lo aprietas, sin apenas, darte cuenta
exprimiendo la última gota de sangre.
Libérame...
Del frío acero de estas crueles cadenas
de desalmada indiferencia y olvido
que distancian brutalmente nuestras almas.
Libérame...
Tú, que irrumpiste en mi peregrina vida
sembrando la flor del amor en mi pecho,
cuyas espinas me causan mil heridas.
Libérame...
Del insufrible dolor que siento dentro;
en este cuerpo sin alma, ya vacío,
que anhela, aún, sentir la piel de su amada.
Datrebil