...Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
Gustavo Adolfo Bécquer
SUEÑOS
Cuántas lágrimas vertidas
y cuántos sueños perdidos
no encontraron su legado,
quedaron en el camino.
Recorren etéreos mundos
al límite del olvido,
estériles se evaporan
entre sábanas de lino.
En la mudez de la noche,
donde el azar es esquivo,
desnúdase la esperanza
vestida en sordos suspiros.
Quiebra el gélido silencio
la sonoridad de un grito,
es el eco desgarrado
del penúltimo latido;
muere el yermo corazón,
acaba su cruel periplo.
Se desvanecen los sueños,
sí, nunca fueron cumplidos;
pero dejarán su estela,
pues los soñó como quiso.
Datrebil
TU JARDINERO
Quisiera ser un dócil jardinero,
el que cuida la rosa con sus manos
sin el necio desdén de los ufanos
entregándole amor pleno, sincero.
Aquel que la defiende por febrero
de afilados cuchillos y tijeras,
de vanas ilusiones y quimeras.
Quien arrulla sus pétalos sedosos
recitándole versos animosos
con palabras sentidas, sin fronteras.
Datrebil
SILENCIOSA VOZ
Cadenciosamente lánguidos los latidos,
resuenan en la sinuosidad del sosiego
con la llegada del encuentro.
Ausente, distante ella;
descorazonado, afligido él...
enfrentan la mirada, resbala la sonrisa.
Quiebra la serenidad de la noche
el lamento desgarrado
de un triste y torpe corazón,
por un ilusorio amor lacerado,
que derrama en suspiros de sangre
los anhelos por su amada.
Sus ojos resuenan el eco de su alma,
delicada, pura como ninguna;
mas no dicen cuanto oír quisiera...
Gritan, en cambio, las verdes pupilas,
el incondicional sentir, abnegado y sincero
del loco soñador que baña con su pluma
de desangeladas letras el versar que vislumbras.
En el impávido estruendo del silencio,
allá donde palidece el alma
quebrada por las crueles espinas de rosa,
se oye entre sordas palabras
la muda voz del sentimiento.
Expresa su mirada,
el amor que sus labios callan.
Datrebil
MI ÁNGEL
Desde niño deseé alcanzar las estrellas,
volar hasta ellas;
jugar con las nubes
como lo hacen las cometas.
Soñaba descubrir algún ángel
de larga melena, corazón de mujer,
que prendiera mis manos,
que me diera un abrazo.
Surcar como pájaros el ancho cielo,
libres como el viento,
veloces como el rayo,
sintiendo sus alas en mi regazo;
cruzar juntos los siete mares,
dominar los picos más altos.
Desde niño anhelé mirarla a los ojos
y decirle tan sólo
cuánto la quiero.
Poder disfrutar de su preciado tesoro,
su bonita sonrisa, diamante que brilla;
embriagarme de su suave susurro
- que me hipnotiza –
entre rosas blancas y sus espinas.
Amarla y sentirme amado,
tenerla siempre a mi lado.
Probar sus tiernos labios,
saciar mi sed con sus besos,
dulces como caramelo.
Desde niño suspiré por encontrar a ese ángel
que creía en el cielo,
sin darme cuenta de que estaba en el suelo;
la imaginaba enredada en nubes de ensueño,
sin saber que paseaba por calles empedradas.
Hoy, la miro a los ojos cada mañana;
quizá, ni ella lo sabe.
Hoy, alienta mi alma su sonrisa de ángel;
entre rosas blancas, que dibujan su talle.
Hoy... la amo,
como nadie pudiera amarla.
Datrebil
SE ACABA
La luna llena lloraba,
de celos entristecía;
menos mía se sabía
que la rosa que yo amaba.
En mis ojos reflejaba
el amor que me tenía;
pero ya no la quería,
a mi rosa yo adoraba.
Sus lágrimas yo secaba
mientras esto le decía:
"Como a nadie te quería,
como a nadie te estimaba.
Pero el tiempo no paraba
y muy solo me sentía;
mientras la flor compañía,
sin pedir a cambio, daba.
De a poco, me enamoraba,
mi corazón renacía
cuando ella me sonreía
si afligido me encontraba".
Sus lágrimas derramaba
mientras yo me despedía:
"Lunita de noche fría,
aquí nuestra historia acaba".
Datrebil
AMOR
Ardiente, dentro se siente,
Marcando nuestro latido.
Oh, corazón que lo vive,
Recuérdalo y no lo olvides.
Datrebil
AMOR SIN TI
En mi corazón se clava
como un puñal afilado
despedazándome el alma
con su inquebrantable paso.
Despiadado, lo desgarra
con el recuerdo soñado
de haber besado tus labios,
de haber prendido tus manos;
aún sin haber sentido
la calidez de tu abrazo.
Y deja abierta la herida
en mi cuerpo lacerado
por las espinas de rosa,
que en mi pecho se clavaron
aquella primera vez
que en mis ojos reflejados
dibujaste tu sonrisa
y tu singular encanto.
Mas, aunque tu ausencia duela,
amarte no será en vano;
pues sentirlo un solo instante
es más que el mejor regalo.
Datrebil
PODRÁ...
Podrá brillar el sol en tu mirada
y tus ojos teñir con su destello;
podrá mesar el viento tu cabello
con una suave brisa, delicada.
Podrá besar el mar azul tu cuello,
acariciar tu piel, quitarte el frío;
podrá la luna llena del estío
en tu pecho dejar su dulce sello.
Podrá sacar la gota de rocío
en tu bonita cara tu sonrisa;
podrá sobrecoger tu alma sumisa
el canto del jilguero, su tronío.
Podrá correr el tiempo tan deprisa
que mis versos se pierdan en el viento;
podrá languidecer mi pensamiento,
nunca lo hará el recuerdo de tu risa.
Podrá desfallecer mi sentimiento
cuando mi corazón se haya parado;
podrá pertenecer todo al pasado,
mas nada borrará aquello que hoy siento.
Datrebil
EL SON DEL CORAZÓN
Qué no calle la voz del sentimiento...
Qué no muera el amor y su latido,
aunque pienses que todo se ha perdido.
Qué no silencie el son del corazón.
Qué no acalle la pena lo que sientes,
aunque fallen las fuerzas, la firmeza...
Qué no cese el sentir y su franqueza.
Qué no enmudezca el son del corazón.
Datrebil
QUÉ NO LLOREN TUS OJOS
Niña bonita, sol de mi mañana,
qué no sienta tristeza tu mirar
qué no lloren tus ojos, qué no lloren;
son puñales tus lágrimas de mar
que en mi pecho se clavan sin piedad.
No quiero... no quiero verlos llorar.
No dejéis de brillar, ojos de embrujo,
qué no muera su plácido mirar;
sois la luz que ilumina mi camino,
mi de ambulante y triste caminar.
Datrebil
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