...Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!
Gustavo Adolfo Bécquer

DIECINUEVE DE DICIEMBRE
En estos versos que escribo,
hoy mis sentimientos duermen,
esperando que los leas
y que tu voz los despierte
con el rumor de la brisa
que de tu sonrisa bebe.
Cada palabra expresada
es un latido latente,
un grito de amor callado
guardado en mi pecho ardiente.
Hoy se sincera mi pluma,
en esta letras que vierte;
ya nada puede pararlo,
el corazón no comprende
de cadenas, ni ataduras,
sólo atiende a lo que siente.
Hoy te digo que te quiero,
como te he querido siempre,
entre los pétalos blancos
de la rosa que embelleces
con la luz de tu mirada
que mis ojos tristes prenden
para iluminar mi alma
que por tu amor desfallece.
Hoy, que tu sonrisa brilla,
diecinueve de diciembre,
en cada poema escrito,
en cada verso que lees
mi corazón se desnuda,
te descubro cuanto siente.
Datrebil

NO TEMAS LA MUERTE
El tiempo no se detiene,
los años pasan deprisa,
y la sombra con la hoz viene
para llevarse tu risa.
No entiende de distinciones,
de edades, ni de dinero...
consuma sus intenciones
con un azote certero.
Ella decide el momento,
cuando acaba la partida,
se lleva tu último aliento
y te arrebata la vida.
Antes de que llegue el día
y oscurezca tu mirada
deja tus ganas vacía,
no dejes sin hacer nada.
A su llegada no temas,
si el sendero has recorrido
dejando atrás los problemas,
viviendo como has querido.
Lucha con uñas y dientes
por tus anhelos y sueños;
pues sonríe a los valientes,
la fortuna en sus empeños.
Y no temas a la muerte
que silencie tu destino,
porque sé que tendrás suerte
hasta el final del camino.
No te faltará la mano,
el apoyo de un amigo,
un poeta sevillano
que siempre estará contigo.
Datrebil

TE QUIERO
Acaso crees, ¿qué nunca te dije te quiero?
Será que no escuchaste en los silencios,
que no oíste los latidos de mi corazón maltrecho.
Te lo he dicho cada vez que mi boca sella los labios
sin pronunciar palabra
que rompa el mágico momento del encuentro.
Te lo digo cada vez que miro a tus ojos
y se pierden los míos en tu angelical mirada,
espejo inequívoco del alma que tras de sí guarda.
Te lo diré cada vez que sueñe despierto
que mis besos acarician tu hermosa sonrisa;
aquella que me embriaga, que cautiva mi alma.
Te quiero... es el grito enmudecido
que expresa mi corazón enamorado
cada vez que estás a mi lado;
es el eco de cada cómplice mirada ,
de cada beso soñado, de cada verso escrito...
Aún ahora, ¿crees que no te lo he dicho?
Hasta el fin de los tiempos... Te quiero.
Datrebil

NO DIGAS NADA
Calla, no digas nada;
sólo guarda silencio.
No ves cómo se escapa
de mi pecho el amor;
con sus latidos clama
mi corazón herido
un halo de esperanza,
el fin de su calvario.
De a poco se desangra
en su lenta agonía,
las espinas clavadas
le arrebatan la vida.
Calla, no digas nada;
sólo guarda silencio.
No ves que tus palabras
visten de indiferencia
y me parten el alma,
mi corazón destrozan.
Si no lo sientes, calla;
sólo deja que muera.
Y aún sin decir nada
oye en cada latido
el amor que me mata...
siente cuánto te quiero.
Datrebil

QUISIERA FUNDIRME EN TU CUERPO
Quisiera tenerte cada noche entre mis brazos
fundiendo mi alma a la tuya
igual que la ola se aferra a la orilla
antes de ser por el mar engullida
desvaneciéndose en la arena
- sin zozobrar en el intento -.
Desnudarte con el susurro de suaves palabras
que embelesen tu oído,
mientras mis dedos recorren tu espalda
esculpiendo dulces caricias
y mis besos se deshacen en tu cuello,
terso y delicado,
embriagado de tu aroma
- sin imaginar el momento -.
Quisiera que tu piel fuera el papel
donde pueda escribir con mis manos
los poemas enamorados
que dicta un corazón ciego y loco,
amándote en cada verso impreso en tu cuerpo
hasta que la tinta embadurne tu alma y la mía
con los designios de la pasión y la locura
- sin que todo quede en un sueño -.
Datrebil

DEL LADO DEL CORAZÓN
Unos aman con la mente,
con latidos de cordura
recluyen a la locura
donde impera la razón;
yo no amo con la cabeza,
no entiende de sentimientos,
sopeso mis pensamientos
del lado del corazón.
Datrebil

TRISTESSE
Suenan acordes de piano
que me acarician el alma,
sus teclas lloran tristeza
aferrada a una sonata.
Impregnada de tu ausencia
vuelan sus notas amargas
en busca de mis oídos
que tu dulce voz aguardan,
irrumpen en mis adentros
lacerando mis entrañas.
Al son de la melodía,
por Chopin interpretada,
mi pobre corazón gime
su desconsuelo, sus ansias;
cruelmente sesga mi vida
esa distancia inhumana
que nuestros cuerpos aleja,
que nuestras almas separa.
Datrebil

GÉLIDA INDIFERENCIA
Lapidan mi alma las lágrimas secas
que tragan mis ojos tristes
anegados de fría indiferencia,
acuciada por el sangrante silencio de sus palabras,
por el esquivo reflejo de su mirada
al enmudecido grito de mis pupilas;
urgida por la transparencia de sus abrazos
aferrados a mi cuerpo con etéreas manos
que no alcanzan siquiera a rozarme.
Trágica indolencia provocada por su ausencia
socava en mis adentros los cimientos,
a los que me agarro como clavo ardiendo.
Se clava en mis entrañas cual puñales
el anheloso sabor de sus labios
lacerando cuanto encuentra a su paso,
se perpetúa en la almohada
los besos que fueron soñados
y que mi boca no llegó a probar.
Es la gélida indiferencia con la que me paga,
la afilada hoz que me acerca la noche eterna.
Datrebil

QUERÍA
Quería regalarte la estrella más hermosa
que jamás hayas visto/ en el oscuro cielo,
para que reflejara la más sutil belleza
cuando tus lindos ojos de cerca la miraran.
Otro obsequio te traigo pues no pude alcanzarla,
mis manos no llegaron por más que yo quisiera.
Te regalo una rosa que floreció en mi pecho;
sus pétalos son blancos, como el amor que evoca.
Mas no será una estrella, ni esté junto a la luna;
es una flor sencilla que muestra tu hermosura.
Datrebil

SI TU CUERPO FUERA EL MAR
Si fuera tu cara el mar,
en sus arrecifes bellos
dejarían sus destellos
mis ojos al zozobrar.
En sus hermosos corales
encallarían mis penas
y el canto de las sirenas
alejaría mis males.
Y tus suaves manos, el mar
que reporta hacia su puerto
mi corazón descubierto
para poder arribar.
Quisiera anclar en tus senos
el más cariñoso abrazo,
y sientas en tu regazo
mis latidos más amenos.
Ahogarme en tu sonrisa
de tibias aguas abiertas,
en tus miradas cubiertas
de la marinera brisa.
Y sumergirme en tus ojos
mientras se alzan hacia el cielo
en un anhelante vuelo
entre naranjas y rojos.
Si fuera tu cuerpo el mar
y el mío un barco velero,
en su oleaje ligero
yo quisiera naufragar.
Datrebil